Después de haber trabajado con Solentro durante 10 meses, le paso el testigo a mi capacitada sucesora, Karolina, con alegría y algo de tristeza. Alegría porque ha sido un tiempo muy divertido en la empresa durante el que he aprendido mucho y algo de tristeza porque dejo lo que, para mí, es una empresa excepcional.
Durante el tiempo que he estado en Solentro, he trabajado haciendo un montón de cosas distintas, de las que he aprendido. He tenido que trabajar a diario con el servicio de atención al cliente y con los boletines de noticias, pero también reuniones con clientes en las ferias, el trabajo con material gráfico, debates estratégicos y mucho más. Desde el primer día, me he sentido siempre implicado en la empresa y he sentido que mis opiniones e ideas contaban. Creo que en cierta medida ese es el pilar de Solentro: que realmente nada es imposible. Evidentemente, existen límites razonables, al igual que en cualquier empresa que tenga que ajustarse a un presupuesto, pero siempre que uno muestre compromiso e interés, realmente se puede participar a la hora de ayudar a Solentro a avanzar.
Hampus y Tobias, Consejeros Delegados en Solentro, son el alma propulsora que hace que Solentro sea posible. Su compromiso con los clientes y accesibilidad han hecho que mi trabajo fuese más sencillo, ya que cada problema se considera como la clave para buscar una solución más permanente. Trabajar en una empresa con clientes muy satisfechos en general es también un buen trampolín para resolver los problemas de manera eficaz. Hampus y Tobias son, además, personas muy agradables con las que trabajar y muchas veces ofrecen chistes y consejos. De vez en cuando, se hacían pequeñas pausas para charlar y, al menos una vez por trimestre, ¡nos hacían una generosa invitación después del trabajo! A Tobias y Hampus tampoco les asustaba darnos un feedback honesto. Esto es algo que agradezco mucho, puesto que me dio la oportunidad de mejorar constantemente.
Otras ventajas del trabajo en la empresa ha sido la flexibilidad en el horario laboral y la posibilidad de trabajar desde casa. Así que he estudiado a la vez que trabajaba, lo que me ha venido de perlas. La oficina en la que está ubicada Solentro invita a desayunar todos los jueves y en ella reina un ambiente muy agradable y emprendedor.
Por lo tanto, recomendaría Solentro a cualquier persona que le apetezca establecerse en una pequeña de menor tamaño, en la que las ideas y el espíritu emprendedor son siempre bienvenidos y uno, como persona, es siempre considerado y apreciado por sus logros. ¡Gracias por todo este tiempo, Hampus y Tobias!
/Julia